Un año más, recibimos en el club a nuestra amiga Asadina y a sus inseparables amigos, Piedad y Ángel, que nos hicieron pasar una tarde muy divertida.
Por grupos del semáforo tuvimos que ir realizando diferentes pruebas, donde tuvimos que mostrar nuestra destreza con la badila, el fuelle, el calbochero, el cucurucho, las castañas y el cante popular. Finalizamos la tarde con unos bailes y saboreando unas ricas castañas asadas. Gracias a Asadina y a sus amigos, por hacernoslo pasar tan bien.










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Las personas con discapacidad tienen los mismos derechos a disfrutar del turismo y del ocio en época de vacaciones. Además, han de ser ellos mismos lo que elijan dónde, cuándo y con quién quieren hacerlo.


















