Y es que es así como podemos definir la visita que realizamos ayer al CAMP La Salle (Centro de Atención a personas con discapacidad psíquica).
Para estrenar el año con toda la alegría del mundo y nuestro cariño, visitamos a nuestros amigos para intercambiar sonrisas, cantar villancicos con los instrumentos musicales más tradicionales, y… hasta regalos ya que nosotros les regalamos una pulsera de la Carrera de los 1.000 pasos y ellos nos obsequiaron con una figura de nuestras catedrales en cerámica. ¡Nos encanta!
Además también tomamos un rico aperitivo que nos tenían preparado y juntos, bailando, cantando y disfrutando… compartimos el espíritu de la Navidad.
¡¡¡Una experiencia fantástica!!!




Las personas con discapacidad tienen los mismos derechos a disfrutar del turismo y del ocio en época de vacaciones. Además, han de ser ellos mismos lo que elijan dónde, cuándo y con quién quieren hacerlo.


















