El grupo de senderismo de AVIVA marcha al Parque Nacional de Monfragüe.

Jóvenes y adultos del grupo de senderismo de AVIVA han disfrutado del sol, de caminar junto a los amigos y sobre todo, del fantástico paraje del parque.

Foto de familia junto al "Árbol singular".El equipo de Senderismo fue de ruta por los parajes cacereños del Parque Natural de Monfragüe, un lugar lleno de encantos difíciles de olvidar. Por la mañana nuestra primera parada fue en la Tajadilla y el Salto de Torrejón, desde allí estuvimos observando a los buitres que anidaban en los roquedos. Tuvimos suerte, porque conocimos a Marina que tenía un telescopio desde el que pudimos observar mejor las aves y por el que pasaron todas nuestras miradas. Gracias Marina!!
Desde allí fuimos al único núcleo de población en el Parque de Monfragüe, Villarreal de San Carlos, formado por 3 familias. Es un lugar muy visitado, en él está el Centro de Interpretación del Agua donde nos proyectaron un audiovisual y el Centro de Interpretación del Parque, donde nos explicaron la grandeza del parque. Gracias a la visita a ambos centros tuvimos la oportunidad de contemplar, de sentir, de conocer Monfragüe de un modo sugerente y diferente. Comimos en los merenderos y después de reposar la comida y tomarnos un helado o un café nos pusimos rumbo a la ruta de “El Huerto del Ojaranzo”. Fue una ruta bonita, que nos adentró en una zona con mucha vegetación, y en la que encontramos un árbol diferente a los demás declarado por la Junta de Extremadura en 2004 “Árbol Singular”. Se trata de un Almez de 150 años, con una altura de 18 metros y con una copa de 17 metros. El lugar es uno de los lugares más bellos del Parque.
Nos despedimos del pueblo, para ir al famoso Salto del Gitano, de nuevo un paisaje de roquedo junto al Rio Tajo. Desde el mirador estuvimos viendo cantidad de buitres en sus nidos, otros que entraban y salían, otros que volaban en el cielo, incluso uno se posó muy cerca de nosotros y pudimos ver como calentaba su cuerpo abriendo las alas. Además vimos un nido de cigüeña negra, con dos cigüeños que estaban al cuidado de su papá, mientras la madre iba y venía al nido llevando el alimento a los pequeños.
Fue un día inolvidable y lo pasamos genial, recreamos nuestra vista con paisajes únicos y disfrutamos de la compañía de nuestros amigos y monitores, a los que damos las gracias por su tiempo, y especialmente a Alberto, guía de excepción, para una excursión fantástica.

 

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