¡Llevábamos tiempo queriendo visitar la monumental Ciudad Rodrigo!
Así que, el grupo de adultos, acompañados también de nuestro compañero Chema, nos preparamos para la aventura.
Después de comprar nuestros billetes y coger el autobús, de Transportes El Pilar, que nos llevaría a Ciudad Rodrigo, al llegar a la bella Miróbriga, lo primero que hicimos fue visitar el tradicional mercadillo que se celebra los sábados.
Y como no queríamos perdernos nada… acudimos a la oficina de Turismo para que nos dieran un mapa que nos guiara por los lugares más emblemáticos.
De esta manera, conocimos el Museo de Correos, la Catedral de Santa María, dimos un paseo por las murallas y… como ya teníamos hambrecilla, fuimos a un restaurante a comer. Pero estábamos en Ciudad Rodrigo… ¿cómo no íbamos a probar el farinato? Pues nos atrevimos a comer una riquísima pizza de farinato que nos supo a gloria.
Después, continuamos con las visitas, y así nos encantó La Casa del Príncipe o el Palacio de los Águila, que además contaba con cuatro interesantes exposiciones.
Un heladito para terminar la jornada y regresamos a casa con el estómago bien lleno, los pies cansados pero felices de caminar Ciudad Rodrigo y una promesa: volveremos.
Os dejamos un vídeo de nuestra visita a la ciudad de Las Tres Columnas.
NOTAS:
¿Por qué a Ciudad Rodrigo se le llama Miróbriga?
Las personas con discapacidad tienen los mismos derechos a disfrutar del turismo y del ocio en época de vacaciones. Además, han de ser ellos mismos lo que elijan dónde, cuándo y con quién quieren hacerlo.
